Nació en España en 1946. A los cuatro años de edad llegó con su familia después de 28 días de travesía en barco. Hombre de radio y ahora de televisión, José María Salcedo se confesó a redaccionline. Conductor de los programas “Entre amigos” y “Ampliación del domingo” por RPP Noticias; y de “Fulanos y Menganos” por PlusTV. José María “Chema” Salcedo comenta que le hubiese gustado ser futbolista, pero admite que era malo y que le tomó gusto al periodismo porque descubrió que “pagaban por hacer ese trabajo”.
“Nosotros somos una típica familia migrante. Vinimos al Perú por negocios. Mi papá fue contratado por un hermano de mi abuela, que estaba acá desde 1920” explica el periodista sobre su llegada al país”.
- ¿Y cómo nace su vocación por el periodismo?“Por la combinación de dos factores: Desde niño tuve la facilidad para leer y para escribir. Tenía una tía que vivía en España. Se dedicaba a viajar en sus vacaciones y me escribía cartas de la India, de China, de Rusia, etcétera, y yo decía qué interesante. Por eso, yo leía muchas revistas de niño, leía Life en español, Selecciones, y algunas otras revistas peruanas. En segundo lugar, en 1971 alguien me pidió un artículo para el diario Expreso. Luego vi mi nombre en una de las páginas, eso me pareció sensacional, pero lo más interesante es que después me llamaron para decirme que vaya a cobrar. Cuando eso ocurrió yo me di cuenta de que la plata venía asociada a la escritura periodística, y digamos que de alguna manera eso fue lo que me inclinó por el periodismo, carrera que nunca estudié”.
- Entonces lo ejerció de oficio, porque le gustaba...
“Claro, además, cuando ves tu nombre escrito en el diario sientes el ego. Buscas ver tu nombre, trascender. Por ejemplo, cuando publicas un libro es muy difícil que tú en el Perú con un libro puedas vivir, pero como no sólo se vive de pan... también se vive de ‘ego’, se vive de figuración, de fama, y hay personas que son más seducidas por ese tipo de cosas”.
- ¿Nota entonces que a ciertos periodistas lo mueve más el afán de figuración que el compromiso de ejercer correctamente su profesión?
“Sí, claro. El periodismo y el escándalo son primos hermanos, siempre van de la mano, porque el periodismo nace justamente para escandalizar. No nace para que todo siga igual, sino para cambiar, para conmover, para preocupar, para alegrar... La noticia es algo que sale de lo común. La noticia no es que un perro mordió a hombre, sino que un hombre mordió a un perro. La noticia no es que en una Coca Cola había una cucaracha, sino cómo hizo la Pepsi Cola para ponerle la cucaracha dentro de la botella”.
- Y en qué momento un periodista invade la vida privada de alguien...“Puede no gustarnos, pero lo que ocurre es que el límite entre lo público y lo privado se ha desvanecido porque ahora tenemos pequeñas grabadoras y filmadoras que se pueden poner en cualquier lugar. Nosotros, por ejemplo, cuando votamos por un congresista o por un presidente, no votamos por un plan de gobierno, sino por una persona. A esa persona yo le voy a entregar prácticamente mi vida en los próximos cinco años, por lo tanto yo tengo que conocerlo. Tengo que saber por quién voy a votar, cuál es su pasado, sus antecedentes. Por eso, cuando el periodismo habla de la vida privada de la gente, en el fondo lo que está haciendo es un servicio al público, aunque parezca raro. Criticamos al periodismo sensacionalista, pero al mismo tiempo le agradecemos que nos abra los ojos. Si pues, es contradictorio”.
- ¿Qué tal su experiencia en RPP?
“Siempre he tenido libertad. Evidentemente uno se pone sus propios límites. ¿Todo periodista se autocensura? Sí. Por muchas razones, una es por su propia capacidad, se puede hacer ciertas cosas, no se puede hacer ciertas otras. Por ejemplo, no sirvo para prensa de chismes. No es que no lo haga por razones de principios, es que no lo sé hacer bien. Llegué porque me trajo Guido Lombardi, que es un amigo que conozco hace muchos años. En el 95, él era director de noticias, me invitó, vine, y me quedé”.